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Psicología en Martorell
Especialistas Las Bóbiles
Centro de Especialistas Les Bòbiles se dedica a la atención psicológica en Martorell. Trata los distintos trastornos específicos en la psicología de:
> Niños: trastornos evolutivos, relacionales, de la escolaridad y el aprendizaje.
> Adolescentes: afectivos, relacionales y trastornos de aprendizaje.
> Adultos: afectivos, relacionales y laborales.
Psicología Infantil en Martorell
Cabe señalar la importancia de las perturbaciones precoces del sueño como indicadores de posibles perturbaciones en el inicio de la organización de la personalidad. Asimismo, a lo largo de la infancia los trastornos del sueño son indicadores de ansiedad y angustia u otras alteraciones psicológicas y psicoafectivas. Hablamos de: dificultades para conciliar el sueño (oposición a acostarse, rituales,..), angustias nocturnas (terrores nocturnos, sueño de angustia, despertar ansioso), pesadillas, sonambulismo, insomnio, hipersomnia, etc.
En torno a la alimentación se estructura el eje de interacción más precoz entre madre e hijo, constituyendo la base de los posteriores estadios del desarrollo psicológico. Intervienen factores relacionados con el niño, factores relacionados con la relación maternal y factores referidos a la dimensión sociocultural de la alimentación. Se trata de la dificultad persistente para comer adecuadamente y la incapacidad para aumentar de peso o con pérdida de peso, entre otros.
En la adquisición de los hábitos de la limpieza y el control urinario y anal intervienen factores biológicos, neurofisiológicos y genéticos, así como psicológicos y psicosociales (donde la relación madre-hijo tiene una importancia primordial). Son la enuresis (incontinencia urinaria) y encopresis (incontinencia fecal) cuando todavía siguen a partir de los cinco y cuatro años.
La clínica aborda la agresividad en sus desmanes, desviaciones o inhibición. El problema de la agresividad va ligado al del paso a la acción, a la impulsividad ya la ansiedad y, por tanto, a la dificultad de regularla y expresarla en la medida y situación adecuada y necesaria. Se trata de: inhibición de la agresividad, conductas peligrosas, conductas violentas, automutilaciones o autoagresiones, etc.
Implica tanto al lenguaje hablado como a la lectoescritura, con todas las repercusiones psicológicas y psicoafectivas y el retraso que pueden ocasionar en los aprendizajes y en el conjunto de interacciones del niño con su medio (familia, escuela, amigos). Sueño: trastornos del lenguaje expresivo, trastornos de la articulación, retraso en el habla, retraso del lenguaje, tartamudez, dislexia, etc.
La psicología contempla los trastornos relacionados con el proceso de aprendizaje del niño y su adecuada evolución. Son los trastornos de la lectura, el cálculo y la expresión escrita. Las dificultades en el proceso de aprendizaje son también indicadores de otros trastornos psicológicos y de la estabilidad emocional del niño.
La motricidad, tan importante en los primeros años de vida, incide en la evolución del niño en el descubrimiento de su entorno y en el despertar de sus capacidades intelectuales y afectivas. La integración del esquema corporal y su relación con el medio, con la dimensión afectiva que esto implica, son fundamentales para el desarrollo psicológico. Son trastornos de lateralización, debilidad motriz, inestabilidad psicomotriz, tics, etc.
La experiencia clínica demuestra que las perturbaciones en el estado afectivo y emocional repercuten en las funciones cognitivas. Las alteraciones afectivas graves acompañan a las perturbaciones cognitivas y asimismo la deficiencia intelectual también se acompaña de anomalías afectivas. No podemos limitarnos a un estudio cuantitativo de la inteligencia (o nivel de habilidades evaluado por el CI) sino que es indispensable también un estudio cualitativo. Son: deficiencia mental y superdotación.
Están ligados a los problemas de atención y de impulsividad. Incide factores psicosociales, neurológicos, genéticos y psicológicos. A menudo son niños inteligentes que pueden seguir los aprendizajes, pero en los que las dificultades para mantener la atención y la impulsividad inciden en el grupo clase distorsionándolo y pueden tener dificultades en la relación con los compañeros. Sueño: Trast. por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y sin hiperactividad (TDA).
A menudo, la ansiedad es el indicador psicológico de algún conflicto interno. Sueño: trastorno de ansiedad por separación (preocupación excesiva o persistente por la posible separación o pérdida de las principales figuras vinculadas) otros trastornos de ansiedad (ansiedad generalizada o excesiva, fobias, crisis de angustia o ataques de pánico) y trastorno obsesivo - compulsivo.
Por un lado la depresión, que se expresa con culpabilidad, fatiga, pérdida de intereses, dificultades de concentración, trastornos del sueño y del apetito. como indicadores psicológicos. Por otro lado, el trastorno bipolar, que se presenta con síntomas mixtos de depresión y manía (euforia, irritabilidad, incluso violencia).
Son trastornos donde existe una alteración cualitativa de la interacción social. Nos referimos al autismo, donde aparecen trastornos de la relación social, del lenguaje y la comunicación, sensoriales, del movimiento, ya menudo algún grado de retraso mental. Y otros trastornos psicológicos que afectan gravemente al desarrollo infantil ya que inciden en las relaciones sociales y la adquisición de habilidades (verbales, motrices).
No siempre es fácil estar atento a las necesidades psicológicas del niño y el adolescente. La desatención y negligencia, así como el abuso y la violencia intrafamiliar son formas de maltrato en las que cada vez existe más sensibilidad por parte de la sociedad a pesar de la alarmante frecuencia en que todavía ocurren. Las consecuencias del mal trato inciden en los procesos del desarrollo infantil, vinculación, adaptativos, socialización y en el aprendizaje. Por tanto, como en todo proceso traumático pueden haber consecuencias en el área afectiva, cognitiva, conductual y relacional.
Psicología para Adolescentes en Martorell
Cuando los problemas de sueño no han desaparecido y no se han resuelto en la infancia y preadolescencia, reaparecerán o se intensificarán en la adolescencia. El síndrome de fatiga al despertar afecta al 80% de los adolescentes, sobre todo chicas. Los trastornos del sueño son: insomnios (insomnio del adolescente,habitualmente relacionado con ansiedad y en ocasiones con depresión; insomnio consecuencia del uso abusivo de psicofármacos, alcohol o tabaco; y síndrome de retraso de la fase de sueño), parasomnias o conductas patológicas durante el sueño (sonambulismo, terrores nocturnos, enuresis nocturna, mucho menos frecuente que durante la infancia) e hipersomnias.
La principal población de riesgo de los TCA (anorexia, bulimia,..) son las chicas entre 12 y 24 años. A menudo, los niños y niñas obesos llegan a la adolescencia inmersos en un sentido de autodesprecio y de baja autoestima. Los cambios y la transformación del propio cuerpo que implica la llegada de la adolescencia puede generar incertidumbre, inseguridad e inestabilidad emocional. En los trastornos del comportamiento alimentario son factores predisposintes la baja autoestima y la ideación perfeccionista -en la anorexia-, es decir, en definir el éxito personal desde la alta exigencia. En los bulímicos los rasgos más significativos son la impulsividad y la inestabilidad emocional.
Hay adolescentes que ya desde su infancia expresan una preocupación excesiva por situaciones cotidianas que entonces se intensifica. También el chico o chica hasta entonces aparentemente tranquilo puede experimentar de repente un estado de preocupación excesiva que le afecta al estado de ánimo y que en ocasiones se intensifica hasta dar paso a una crisis de angustia (palpitaciones cardíacas, sudoración, temblores, sensación de ahogo, opresión torácica, náuseas, escalofríos, .). Los impactos que generan ansiedad, se deban a situaciones identificables o no, pueden provocar un malestar intenso que puede deteriorar las actividades de la vida cotidiana (escolares, familiares, sociales).
El adolescente se manifiesta a menudo con un estado de ánimo con tendencia al aislamiento, la introversión, la incomunicación, las dudas y las crisis existenciales y hasta la tristeza en general. Los cambios de humor pueden ser frecuentes y pasar de la euforia al pesimismo. En ausencia de variables ambientales explicativas, la tristeza y el pesimismo pueden ser expresión de un conflicto psíquico. El adolescente tiene miedos, contradicciones y sentimientos de culpa. En el estado o trastorno depresivo, sea endógeno (debido a un conflicto psíquico) o reactivo a una situación externa, es necesario considerar las variables, y condiciones tanto externas como internas, que pueden contribuir a acentuarlo oa estabilizarlo.
Más que trastornos fóbicos, en la adolescencia son más frecuentes las conductas fóbicas donde la angustia y la ansiedad desempeñan un papel predominante. Se trata de preocupaciones excesivas por la figura (obesidad, estar demasiado delgado, altura, .) o por una parte del cuerpo o respecto a los caracteres sexuales. Los miedos en el adolescente (a no responder a las expectativas de los padres -académicas,.-, a no ser aceptado por los amigos, a no tener el cuerpo y la imagen deseados,..) se pueden considerar lógicos siempre que no interfieran en sus actividades y que no le provoquen un malestar vivencial significativo. El miedo al miedo (miedo a anticipación) puede provocar un bloqueo y repercutir en sus relaciones familiares, sociales y académicas.
El adolescente que tiene ideas repetidas (obsesivas) intenta ignorarlas o neutralizarlas con otras ideas o actividades realizando "actos mentales" para contrarrestar los impulsos dolorosos (rezar, cantar, contar, repetir palabras en silencio,.) o realizando rituales (compulsiones) como ordenar objetos o colocarlos siempre por igual, cerrar puertas, revisar armarios, etc. También pueden realizar acciones fijas o estereotipadas como movimientos repetidos con las manos, caminar siguiendo determinadas líneas del suelo y sin pisar otras, comprobar repetidamente si han apagado las luces o han hecho los deberes o lavarse las manos. ideas repetidas, rituales y "manías" pueden ampliarse y producir un malestar y un sufrimiento psicológico significativo.
Las quejas sintomáticas del adolescente son poco duraderas y cambiantes: hay días que prevalecen los dolores intestinales, otros los dolores de cabeza, otros los ahogos. La dificultad que le supone adaptarse a un cuerpo en plena transformación a menudo es el origen de la amenaza de enfermedad que vive el adolescente. La herencia y el aprendizaje son factores relevantes ya que entonces las manifestaciones hipocondríacas del adolescente y, por tanto, de síntomas de enfermedad o posible enfermedad forman parte habitual de la relación. La queja hipocondríaca o la somatización puede aparecer a partir de un hecho desencadenante como un traumatismo, una enfermedad o una muerte. Se pueden asociar cuadros de ansiedad y depresión.
Se trata de conductas relacionadas con el proceso de socialización y con el proceso de evolución y maduración progresiva del niño y el adolescente. Incluye actividades como el hurto, la fuga, la mentira, la destrucción de propiedades ajenas, la crueldad y la violencia con animales y personas. El paso al acto ocupa un lugar importante en la adolescencia y especialmente en tres situaciones: las crisis de adolescencia, las conductas graves de la adolescencia (intentos de suicidio, drogodependencias y actos delictivos) y depresión adolescente.
Actitudes habituales en adolescentes con TDAH son: hacer comentarios fuera de lugar, no atender a las normas, iniciar conversaciones en momentos inadecuados, apropiarse de objetos de los demás, hacerse ver, llamar la atención, . Son frecuentes los accidentes, pueden realizar actividades peligrosas sin considerarse las consecuencias. Tienen dificultades para organizar sus tareas, a menudo se tiene la sensación de que no escuchan, suelen tener descuidos continuados. Desde la perspectiva emocional manifiestan poca tolerancia a la frustración, terquedad, autoritarismo, exigencia, irritabilidad, cambios repentinos del estado de ánimo, así como desmoralización y baja autoestima.
En la actualidad, tanto en la escuela como en la familia, el sexo, en general, ha dejado de ser un tema prohibido o tabú. Los adolescentes nunca han estado tan bien informados ni con tantos medios como en la actualidad. La información es necesaria para cambiar un comportamiento de riesgo pero no es una garantía a la hora de poner los medios necesarios tanto en lo que se refiere a la prevención del embarazo como del contagio de enfermedades (VIH). Asimismo, las dificultades en las que se puede encontrar el adolescente en su inicio en las relaciones sexuales son: dificultades de la realización sexual, dificultades en la elección sexual y dificultades para establecer la identidad sexual.
Se caracterizan por: "la actuación", ya sea el "paso al acto" o agitación e inestabilidad (son frecuentes los intentos de suicidio repetidos), conductas marginales o delictivas, drogodependencias, fracaso o fobia escolar, conductas sexuales alteradas, manifestaciones hipocondríacas, anoréxicas, bulimias, accidentes somáticos y junto con estas conductas aparece aburrimiento, indiferencia, sensación de vacío e inutilidad y desinterés por actividades sociales o escolares y una mayor sensibilidad frente a las pérdidas y sentimientos de abandono. Es importante la existencia de alteraciones más o menos hondas en las interacciones familiares y con antecedentes paternos de intentos de suicidio, alcoholismo, depresión o episodios psicóticos. La relación del adolescente “límite” y los padres, en particular la madre, se caracteriza por la ambivalencia (dependiente y despreciador).
Existen tres principales dimensiones que caracterizan el cambio psíquico que tiene lugar durante la adolescencia: la dimensión corporal, el problema de la identidad y el equilibrio entre los aspectos narcisistas y objetuales (relacionales). Estas tres dimensiones forman parte de todo proceso psicótico: la angustia vinculada con la sensación de transformación corporal puede convertirse en angustia de fragmentación y de ahí el no reconocimiento de sí mismo y los trastornos de identidad y por último, la “ neurosis narcisista” que nos remite a la psicosis y que se manifiesta por un importante descenso del rendimiento intelectual junto con trastornos del comportamiento, tales como, unos contactos distantes, con un fondo de indiferencia afectiva pudiendo aparecer elementos delirantes. Otras formas son: estados psicóticos vinculados con el consumo de drogas y estados psicóticos de la adolescencia que suceden a una psicosis infantil previa.
El concepto de dependencia incluye toda conducta de tipo adictivo aunque no exista un consumo de sustancias (alcohol, drogas, tabaco). Por tanto, hay adicciones con o sin drogas. Estas últimas incluyen tanto los comportamientos alimenticios, como conductas de dependencia comportamental, como puede ser la cleptomanía, las compras compulsivas, la adicción a Internet, el juego patológico, las adicciones sexuales, la adicción al trabajo y las “conductas de riesgo” . La conducta adictiva comporta un malestar en la persona (ansiedad, pensamientos obsesivos en relación con la adicción,..) que también puede afectar a la vida familiar, escolar y laboral, ya que comporta una pérdida de control y disfunciones sociales.
El duelo es un proceso psicológico normal ante la pérdida de una persona querida. Cuando se hace muy doloroso y difícil de superar, el acompañamiento de un profesional ayuda a afrontar esta situación facilitando la elaboración de las ansiedades más tempranas y desestructurantes. Hablamos de luto patológico cuando este proceso se alarga excesivamente en el tiempo y con el peligro de quedar atascado en este sufrimiento sin superarlo. También hablamos de proceso de duelo en situaciones que conllevan cambios vitales importantes. En este sentido, la adolescencia supone también un proceso de luto por la infancia que se pierde en este paso hacia la edad adulta.
Psicología para Adultos en Martorell
Els trastorns del son tenen unes repercussions tan a nivell físic i fisiològic com psicològic. Poden ser trastorns en l’inici i el manteniment del son, trastorns per somnolència excessiva, trastorns del ritme son-vigilia, i disfuncions associades al son, les fases del son o la vigília parcial. Parlem de: insomni, hipersòmnia, narcolèpsia, trastorn del son relacionat amb la respiració, malsons, terrors nocturns, somnambulisme, etc. També poden ser deguts a trastorns mentals o mèdics.
La conducta alimentària normal i les seves desviacions patològiques només s’entenen si s’observen des dels tres nivells organitzatius: neurobiològic, psicològic i relacional. Per disminució de la ingesta: rebuig alimentari i anorèxia nerviosa. Per excés d’ingesta: obesitat, bulímia nerviosa, etc.
Tenen en comú la impulsivitat i la dificultat per resistir-se a dur a terme algun acte. Sovint donen lloc a sentiments de culpa. Es tracte del trastorn explosiu intermitent (episodis aïllats de pèrdua del control d’impulsos amb agressivitat), la cleptomania, la piromania, etc. I el joc patològic, que comporta un deteriorament individual, familiar i social.
Des del punt de vista psicològic, ens referirem a les disfuncions psicosexuals. La majoria de trastorns es situa a la fase d’excitació i a la orgàsmica o son deguts a la falta de desig sexual, tant masculí com femení. Es tracte de : disminució o absència de fantasies i desig sexual, aversió i evitació al contacte sexual genital, absència o retard de l’orgasme, incapacitat per mantenir l’erecció, dolor genital, ejaculació precoç, etc.
Es refereixen a símptomes o preocupacions somàtiques sense causa mèdica coneguda i que es tendeixen a atribuir a malalties físiques. Son: trastorns de somatització, trastorns per dolor, hipocondria, etc. Ja sigui per una historia de múltiples símptomes físics, o bé quan el símptoma és el dolor, el temor o convicció a patir d’una malaltia greu, a un defecte imaginat de l’aspecte físic, un o més símptomes físics que provoquen malestar, etc.
L’escola psicoanalítica contemporània considera els símptomes histèrics com el producte de conflictes infantils i impulsos reprimits i no resolts. La histèria envaeix tota la patologia mèdica. Es caracteritza per fenòmens de conversió (aparició de símptomes que afecten les funcions motrius o sensorials -afàsia, ceguesa, paràlisi, etc.- i on els factors psicològics estan associats al símptoma) ò dissociatius (alteracions de la identitat, la memòria o la consciència).
’angoixa ens acompanya al llarg de l’existència. L’angoixa patològica és més corporal, desproporcionada i persistent per sobre dels límits adaptatius i afecta el rendiment, el funcionament psicosocial i la llibertat personal. Es presenta de manera aguda per crisis d’angoixa (o atacs de pànic) o de forma permanent com ansietat generalitzada.
La fòbia és un temor desproporcionat, irracional i fora del control voluntari que porta a evitar la situació temuda. Parlem d’agorafòbia (temor a llocs oberts, a llocs públics, a sortir de casa.) fòbia social (temor a les situacions socials fora de l’àmbit familiar ò a ser avaluat pels altres) i fòbies específiques (a animals, volar, l’alçada, trons, sang, etc.)..
Les manifestacions clíniques dels trastorns obsessius son els pensaments obsessius , que es poden manifestar com a impulsos , temors, idees i dubtes obsessius i les compulsions, que son actes o rituals compulsius com formes de conducta estereotipada que es repeteixen una i altre vegada. Poden dificultar el viure quotidià i ser força incapacitants.
L’eix nuclear afectiu de la depressió és la tristesa vital i profunda que envolta el subjecte fins afectar totes les àrees de la seva relació intrapersonal i interpersonal. Però també pot aparèixer ansietat i irritabilitat. La clínica de la depressió es condensa en cinc grans àrees: afectivitat, pensament-cognició, conducta, ritmes biològics i trastorns somàtics.
En l’aparició d’aquests trastorns hi intervenen aspectes genètics, biològics i psicològics (psicosocials).Son depressions que s’acompanyen sovint de hipersòmnia i augment de pes. En l’estat maníac el malalt aparenta un contacte fàcil però en realitat costa mantenir-hi una relació per la seva tendència a la indiscreció i a envair el terreny de l’altre.
Els trastorns de la personalitat s’agrupen en tres grans tipus de característiques genèriques que inclouen onze categories diagnòstiques: Els subjectes estranys (esquizoides, esquizotípics i paranoides), els subjectes immadurs (histriònics, narcisistes, antisocials i límit) i els temorosos (evitadors, dependents, compulsius i passiu-agressius).
Es tracta d’una malaltia devastadora tant per les seves conseqüències sobre el pacient com pel seu entorn. Els símptomes característics inclouen idees delirants, al.lucinacions, llenguatge desorganitzat, …i s’alteren les relacions interpersonals, la cura d’un mateix i el rendiment laboral.
El deliri paranoide en general s’associa al tema de persecució i autorreferencial però també s’inclouen altres modalitats temàtiques. La personalitat paranoica es caracteritza per una desconfiança i suspicàcia permanent, rigidesa i autoritarisme (i incapacitat per l’autocrítica), egocentrisme i fanatisme. En el trastorn psicòtic també apareixen idees delirants i al.lucinacions i llenguatge desorganitzat.
El dol és un procés psicològic normal davant la pèrdua d’una persona estimada. Quan es fa molt dolorós i difícil de superar, l’acompanyament d’un professional ajuda a afrontar aquesta situació facilitant l’elaboració de les ansietats més primerenques i desestructurants. Parlem de dol patològic quan aquest procés s’allarga excessivament en el temps i amb el perill de quedar encallat en aquest patiment sense superar-lo.
Tota ruptura comporta un patiment psicològic i més quan hi ha infants. L’acompanyament en aquest procés pot ajudar a disminuir el dolor i el patiment i a poder pensar en organitzar i afrontar la nova situació. Així mateix, també s’atén des de la psicologia els problemes relacionats amb les dificultats de relació i de la convivència entre germans, pares-fills, parella i altres.